Cantar con los ojos cerrados: ¿es buena idea?

En cualquier disciplina, hacer las cosas con los ojos cerrados es señal de que dominas tu arte. Pero al cantar, este reflejo puede también indicar un momento de emociones intensas que puede acabar distanciándote del público si abusas de ello o lo prolongas demasiado.

A continuación encontrarás una explicación de los motivos que nos impulsan a cantar con los ojos cerrados y unos cuantos consejos para evitarlo.

¿Para qué cerramos los ojos?

Crear una burbuja

Al cerrar los ojos absorbemos completamente la música y nos sumergimos en la canción. Nos permite ignorar las distracciones que nos rodean y, en el caso del cantante, al público. Es bastante paradójico porque normalmente uno se sube al escenario para cantar al público, sin embargo el público valora a menudo que el artista cree una burbuja de inmersión total en la canción. Un público receptivo y respetuoso asimilará la burbuja del artista sin interferir y correr el riesgo de romperla.

Visualizar la música

Cerrar los ojos es una forma de visualizar lo que se está cantando, darle forma y significado creando un universo influenciado por las palabras. Resumiendo, cerrar los ojos da sentido a las palabras.

Centrarse en un sentido

Piensa en los sentidos: la vista es uno de los cinco principales. Por otra parte, el instinto también se puede considerar un tipo de sentido. Si el instinto choca con uno de los cinco sentidos principales, lo más probable es que se ponga el sentido predominante en espera. Un estudio de la Royal Holloway, una escuela de la Universidad de Londres, reveló recientemente que el hecho de que se cierren los ojos sistemáticamente al dar un beso muestra que el cuerpo sabe de forma espontánea que no puede concentrarse en el espectro visual y en el táctil a la vez. ¡Con las canciones pasa lo mismo!

Liberarse

Cerrar los ojos es también una forma de liberarse de las guías rítmicas, de la pantalla con la letra desfilando en el caso del karaoke o del movimiento de otros músicos. Un buen ejemplo es el cantante francés Charles Aznavour, quien a menudo cierra los ojos para separarse rítmica y físicamente de los músicos que lo acompañan.

¡Ten cuidado con cerrar demasiado los ojos!

¡Recuerda que no estás solo!

Cuando cierras los ojos, ese momento de aislamiento (de gracia, si todo va bien) está totalmente bajo tu control y no debería eternizarse, ya que te separa totalmente de tu público. Al igual que en un monólogo teatral, estás ahí para interactuar con el público mediante tu interpretación de la música, tus movimientos, tu apariencia, etc.
No olvides que aunque el público sea receptivo, solo podrá hacer medio camino y la otra mitad del trayecto te toca hacerla a ti. Una pausa de vez en cuando es aceptable, ¡pero echarse una siesta no!

No enfatices demasiado

A veces los poetas y los actores sobreactúan las emociones cerrando los ojos para fingir sentimientos, pero a un público musical no se le puede tomar el pelo, tienen un radar innato para la sinceridad. Evita los gestos de diva, ya que las canciones y el teatro no siempre son una buena combinación.

Consejos

Mantén viva la atención del público

Los momentos en los que cierras los ojos son tuyos y solo tuyos, pero esfuérzate por mantener la conexión con el público. Ese hilo puede romperse en cualquier momento y mantener el contacto visual es una forma de hacer que el público vuelva a centrar su atención en ti. Obviamente no tienes que mirar a cada uno de los espectadores, pero intenta encontrar un punto medio entre la bendita introspección y las intensas miradas fijas. Ten en cuenta que un cantante que mira a los ojos a todos los espectadores puede resultar tan inquietante como uno que no los mira en absoluto.

Deshazte del estrés

Muchas veces cerrar los ojos es señal de nerviosismo excesivo y una forma de olvidar que todos esos ojos te están mirando. Intenta no pensar demasiado, ¡es la forma más fácil de ser tú mismo!

La técnica de los cuatro cuadrados

Es una sencilla técnica que hará que parezca que no olvidas a nadie sin tener que encontrarte con la mirada de todos y cada uno de los espectadores: divide mentalmente la sala en cuatro cuadrados imaginarios y dirige la mirada a cada uno de ellos, uno detrás de otro.

Espejito espejito mágico

Practica cantando en casa frente a un espejo con los ojos abiertos. Nadie te juzgará (a menos que seas la reina de un país imaginario y tengas asuntos pendientes con Blancanieves).

Publicada el: 4 de mayo de 2017