¿Se nace o se hace? ¿Qué hace bueno a un músico/cantante?

¿Es solo gracias a papá y a mamá que te has convertido en el músico que eres? ¿O tiene el mérito todo el tiempo que has pasado tomando lecciones y practicando hasta el incluso?

Si alguna vez te lo has preguntado, no has sido el único. Los investigadores de la Universidad Estatal de Míchigan y de la Universidad de Texas en Austin se preguntaron lo mismo. Para llegar al fondo del asunto, estudiaron a dos grupos diferentes de gemelos (gemelos idénticos, que comparten con exactitud los mismos genes, y gemelos fraternos, que los comparten parcialmente) y compararon los resultados para determinar si los genes influyen en la motivación, la disciplina y el rendimiento en general.

Tal y como se sugiere en nuestro artículo Cómo crear una rutina para ensayar y sacar el máximo provecho, los gemelos que acumularon la mayor cantidad de horas de práctica obtuvieron mejores resultados. Pero, curiosamente, los grupos de gemelos que resultaron estar más motivados para practicar fueron los que compartían los mismos genes. El estudio realizado con 850 gemelos, publicado en la revista Psychonomic Bulletin & Review, sugiere que en realidad es muy posible que nuestro deseo de aprender y practicar venga determinado por quiénes somos científicamente y no únicamente por nuestra educación.

Así que, para los que no contemos con el respaldo genético y nos resulte difícil encontrar el tiempo o las ganas necesarios, hemos compilado unos cuantos consejos para alimentar al músico que llevamos dentro:

• Ten claras tus intenciones: ¿cantas/tocas por diversión o para llenarte los bolsillos? Sean cuales sean tus razones, tenlas claras. Saber lo que necesitas y lo que quieres conseguir al practicar te ayudará a no rendirte.
• Sé disciplinado y comprométete: las buenas intenciones no sirven de nada si no actúas al respecto. El compromiso y la perseverancia van de la mano. Si te saltas los planes una o dos veces no pasa nada, pero tres, cuatro o cinco veces pueden hacer que te sientas culpable y pierdas la motivación.
• Rodéate de música: rodearte de gente que comparta tus intereses musicales te ayudará a mantener viva la pasión. O, como mínimo, te permitirá mostrar a quienes te rodean la importancia de la música en tu día a día.

• Optimiza tu entorno: consagra un espacio a la música. Un lugar donde te sientas cómodo, tranquilo y puedas ser tú mismo y practicar en paz. Si el espacio del que dispones es limitado, haz un horario para que la gente que te rodea respete el tiempo que has reservado para la música.
• Ríe y aprende: toca cosas que te gusten y aprende poco a poco. Versión Karaoke pone a tu disposición miles de canciones, así que no debería resultarte muy difícil encontrar algo que te guste. Eso sí, asegúrate de ir corrigiendo tus errores según avanzas sin ser tampoco demasiado duro contigo mismo.

¿Tienes más sugerencias para educar al músico que llevamos dentro? ¡Compártelas en el apartado de comentarios que hay más abajo!

Publicada el: 20 de abril de 2016